ARMANDO ZARAZÚ ALDAVE
EN EL NOMBRE DE LA MUJER
El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres que han jugado un papel clave en la historia de sus países, pueblos y comunidades. Bien sabemos que el 8 de marzo de cada año es la fecha escogida para celebrarla. Sin embargo, es necesario retroceder a 1910 para poder apreciar que fue en Copenhague, capital de Dinamarca, en donde la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas estableció el 8 de marzo como la fecha para celebrar a las mujeres trabajadoras, nombre que recibió originalmente.
Al año siguiente se celebró por primera vez el Día de la Mujer, poco después, en la ciudad de Nueva York, ocurrió un terrible incendio en una fábrica textil que cobró la vida de más de 140 trabajadoras; dicha desgracia hizo ver las condiciones deplorables en que trabajaban y fue decisiva para que, en todo el mundo, se empezara a tomar conciencia de la situación de la mujer, tanto en los llamados países desarrollados o subdesarrollados, como quiera llamárseles.
En el año 2010 la Organización de las Naciones Unidas estableció la entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer bajo el nombre ONU Mujeres, su primera directora fue Michelle Bachelet. En el 2011 comenzó su operación oficial, y desde entonces se estableció el Día Internacional de la Mujer para todos los Estados parte de la ONU.
Ahora bien, si nos enfocamos a nuestra tierra, encontraremos que la mujer chiquiana ha sido vital para el crecimiento y progreso de nuestra tierra. En su papel de madre, comunera, comerciante, maestras y últimamente, de profesional salida de las universidades de nuestro país, todas, absolutamente todas han sabido aportar positivamente, y lo siguen haciendo, para lograr el engrandecimiento de la patria chica.
Una de las características de Chiquián es ser tierra de maestros y maestras, de allí que nuestra historia está íntimamente ligada a educadoras, entre muchas otras, como Emilia Valenzuela de Cerrate, Carmen Arévalo, Delia Luna, Alicia Barrenechea, Manuela Sotelo, Delia Vicuña, Rosa Aldave, Teófila Romero, Nila Zúñiga, Leonor Fuentes y Rosalía Pardo, está última también se desempeñó como alcaldesa de Chiquián.
En el área del comercio se puede mencionar a Victoria Montoro, Leucadia Gálvez, Mercedes Moncada, Filomena López, Leonarda Orduña, Marìa Castillo, Orfila Cachay, Faustina Romero, por recordar algunos nombres que me llegan a la memoria. En la actualidad hay mujeres chiquianas que desempeñan diversas actividades como la Dra. Mariela Peña Padilla, a cargo de la posta médica; Carmen Rosa Ríos Ortiz, quien hace pocos años hizo historia al romper la hegemonía masculina al pasar la fiesta de Santa Rosa en el cargo de Capitana y que ahora es candidata a la alcaldía; autoridades de nuestro pueblo como Dora Zaldívar Alva y Karina Fuentes Oro, mujeres emprendedoras como María Del Pilar Cárdenas Márquez y su mamá Betty Márquez, en el ramo turístico de hospedaje y alimentación; Carmen Saldívar Alva, en la posta médica y Catalina Romero Velázquez en administración educativa; la Hna. Mercedes Calderón de la Casa Hogar San Vicente de Paúl. Indudablemente que existen muchos nombres más de mujeres chiquianas que día a día luchan por su familia y por su pueblo. Enumerarlas a todas es tarea casi imposible, sobre todo para alguien, como el que escribe esta nota, quien vive muchísimos años fuera de su tierra y que no encuentra mejor forma de homenajear a la mujer chiquiana entregandole simbolicamente la rosa chiquiana que acompaña esta nota, chiquiana como ella como ella y crecida en la plaza de armas de nuestro pueblo.
Para terminar, es reconfortante saber que la mujer chiquiana sigue allí, está presente en el diario vivir de nuestro pueblo, como madre, como amiga, como esposa, como parte de esa sociedad que está ayudando a forjar con su trabajo, con su esfuerzo, con su sacrificio, como ella sola sabe hacerlo.
¡Larga vida a la mujer chiquiana, ancashina, peruana y mundial!
Armando Zarazú
[email protected]
Al año siguiente se celebró por primera vez el Día de la Mujer, poco después, en la ciudad de Nueva York, ocurrió un terrible incendio en una fábrica textil que cobró la vida de más de 140 trabajadoras; dicha desgracia hizo ver las condiciones deplorables en que trabajaban y fue decisiva para que, en todo el mundo, se empezara a tomar conciencia de la situación de la mujer, tanto en los llamados países desarrollados o subdesarrollados, como quiera llamárseles.
En el año 2010 la Organización de las Naciones Unidas estableció la entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer bajo el nombre ONU Mujeres, su primera directora fue Michelle Bachelet. En el 2011 comenzó su operación oficial, y desde entonces se estableció el Día Internacional de la Mujer para todos los Estados parte de la ONU.
Ahora bien, si nos enfocamos a nuestra tierra, encontraremos que la mujer chiquiana ha sido vital para el crecimiento y progreso de nuestra tierra. En su papel de madre, comunera, comerciante, maestras y últimamente, de profesional salida de las universidades de nuestro país, todas, absolutamente todas han sabido aportar positivamente, y lo siguen haciendo, para lograr el engrandecimiento de la patria chica.
Una de las características de Chiquián es ser tierra de maestros y maestras, de allí que nuestra historia está íntimamente ligada a educadoras, entre muchas otras, como Emilia Valenzuela de Cerrate, Carmen Arévalo, Delia Luna, Alicia Barrenechea, Manuela Sotelo, Delia Vicuña, Rosa Aldave, Teófila Romero, Nila Zúñiga, Leonor Fuentes y Rosalía Pardo, está última también se desempeñó como alcaldesa de Chiquián.
En el área del comercio se puede mencionar a Victoria Montoro, Leucadia Gálvez, Mercedes Moncada, Filomena López, Leonarda Orduña, Marìa Castillo, Orfila Cachay, Faustina Romero, por recordar algunos nombres que me llegan a la memoria. En la actualidad hay mujeres chiquianas que desempeñan diversas actividades como la Dra. Mariela Peña Padilla, a cargo de la posta médica; Carmen Rosa Ríos Ortiz, quien hace pocos años hizo historia al romper la hegemonía masculina al pasar la fiesta de Santa Rosa en el cargo de Capitana y que ahora es candidata a la alcaldía; autoridades de nuestro pueblo como Dora Zaldívar Alva y Karina Fuentes Oro, mujeres emprendedoras como María Del Pilar Cárdenas Márquez y su mamá Betty Márquez, en el ramo turístico de hospedaje y alimentación; Carmen Saldívar Alva, en la posta médica y Catalina Romero Velázquez en administración educativa; la Hna. Mercedes Calderón de la Casa Hogar San Vicente de Paúl. Indudablemente que existen muchos nombres más de mujeres chiquianas que día a día luchan por su familia y por su pueblo. Enumerarlas a todas es tarea casi imposible, sobre todo para alguien, como el que escribe esta nota, quien vive muchísimos años fuera de su tierra y que no encuentra mejor forma de homenajear a la mujer chiquiana entregandole simbolicamente la rosa chiquiana que acompaña esta nota, chiquiana como ella como ella y crecida en la plaza de armas de nuestro pueblo.
Para terminar, es reconfortante saber que la mujer chiquiana sigue allí, está presente en el diario vivir de nuestro pueblo, como madre, como amiga, como esposa, como parte de esa sociedad que está ayudando a forjar con su trabajo, con su esfuerzo, con su sacrificio, como ella sola sabe hacerlo.
¡Larga vida a la mujer chiquiana, ancashina, peruana y mundial!
Armando Zarazú
[email protected]