armando zarazú aldave
VIVIENDO CON EL CORONAVIRUS*
* Esta nota fue escrita el martes 17, lamentablemente por cierto, a la fecha las estadísticas de infectados y fallecidos han aumentado considerablemente.
Como bien Ud., estimado lector está enterado, la humanidad entera está siendo atacada por una feroz y mortal plaga llamada coronavirus, originada en la ciudad china de Wuhan a finales del año pasado y que está causado miles de muertos. Al momento de escribir estas líneas se han confirmado 195,905 casos de infección y 7,865 fallecidos. China, Italia, Irán, España, Alemania, Corea del Sur, Francia y Estados Unidos son los países más afectados. Mientras que, de acuerdo con los últimos informes, parece que ha empezado un proceso de declive en el contagio del coronavirus tanto en China como en corea Corea del Sur, países fuertemente afectados por el coronavirus. Por otro lado, España y Estados Unidos son los países en donde más rápido se está extendiendo y causando estragos. Según el estudio de la Escuela de Higiene y Medicina de Londres, las medidas que se han aplicado en España no han logrado paralizar el avance de la enfermedad. Madrid se ha convertido en uno de los focos mundiales del coronavirus, hasta el pasado 12 de marzo España ya tenía más de 3,000 infectados y cerca de 100 fallecidos.
Al buscar información de lo que está sucediendo en el mundo en estos momentos y poder preparar esta nota, vino a mi memoria la excelente novela que leí en mi juventud, escrita por Albert Camus y publicada en 1947, titulada “La peste”. La historia está ubicada en la ciudad argelina de Orán, la cual es asolada por una terrible epidemia que va acabando con su población rápidamente, al punto que las autoridades se ven obligadas declarar a la ciudad en cuarentena y, para asegurarse que esta se cumpla estrictamente, ordenan cercarla con fuerzas militares a fin de evitar que la población no pueda escapar y llevar la enfermedad a otros lugares. Parece mentira, pero la literatura tiene la virtud de, no solo hacernos conocer hechos pasados, sino también de predecir el futuro, porque eso es lo que estamos viviendo en estos días.
Bien, nuestras abuelitas decían, con mucha sabiduría por supuesto, “no vale llorar sobre la leche derramada”, y tenían razón. Mejor revisemos brevemente lo que es necesario saber y hacer para enfrentar con éxito al terrible coronavirus. En primer lugar, debemos de estar al día con las últimas informaciones referentes al coronavirus, esto se puede encontrar visitando las páginas de las autoridades de salud de nuestro país; poner atención a los noticieros televisivos y radiales no es perder el tiempo en esta época. Además, es necesario partir de lo más elemental, la mayoría de gente que es infectada con el virus sobrevive, lamentablemente otros no van a tener la misma suerte, sobre todo los ancianos y aquellos que tengan problemas de salud, como diabetes, presión alta, problemas con la visión o cualquier otro mal que ponga bajas las defensas del cuerpo.
Para poder protegernos nosotros, a nuestra familia y a toda la comunidad debemos hacer lo siguiente:
Ahora bien, los padres tienen parte importante en este proceso educativo de emergencia. Aprovechando que, de una u otra forma, hay más tiempo para estar en casa, es necesario ver que sus hijos en edad escolar no desperdicien su tiempo pegados al bendito celular, aparatito que puede ser usado de manera positiva por una sencilla razón, es una computadora en miniatura y, por lo tanto, permite visitar sitios de interés cultural y educativo.
La lectura es un magnífico medio de tener ocupados a los muchachos. Ahora es cuando se debe aprovechar el tiempo libre y las noches de cuarentena para leer, actividad que muy lamentablemente por cierto va quedando en desuso, es imperativo que los padres hagan leer a sus hijos, sobre todo a que, para muchos por primera vez, pasarán largas horas juntos, como en los tiempos de todos los que ya peinamos canas si algo de cabello nos queda.
Antes de finalizar, no hay que desesperarse, tomen las cosas con calma, esto va a terminar. Háganlo por sus hijos y por ustedes mismos.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Al buscar información de lo que está sucediendo en el mundo en estos momentos y poder preparar esta nota, vino a mi memoria la excelente novela que leí en mi juventud, escrita por Albert Camus y publicada en 1947, titulada “La peste”. La historia está ubicada en la ciudad argelina de Orán, la cual es asolada por una terrible epidemia que va acabando con su población rápidamente, al punto que las autoridades se ven obligadas declarar a la ciudad en cuarentena y, para asegurarse que esta se cumpla estrictamente, ordenan cercarla con fuerzas militares a fin de evitar que la población no pueda escapar y llevar la enfermedad a otros lugares. Parece mentira, pero la literatura tiene la virtud de, no solo hacernos conocer hechos pasados, sino también de predecir el futuro, porque eso es lo que estamos viviendo en estos días.
Bien, nuestras abuelitas decían, con mucha sabiduría por supuesto, “no vale llorar sobre la leche derramada”, y tenían razón. Mejor revisemos brevemente lo que es necesario saber y hacer para enfrentar con éxito al terrible coronavirus. En primer lugar, debemos de estar al día con las últimas informaciones referentes al coronavirus, esto se puede encontrar visitando las páginas de las autoridades de salud de nuestro país; poner atención a los noticieros televisivos y radiales no es perder el tiempo en esta época. Además, es necesario partir de lo más elemental, la mayoría de gente que es infectada con el virus sobrevive, lamentablemente otros no van a tener la misma suerte, sobre todo los ancianos y aquellos que tengan problemas de salud, como diabetes, presión alta, problemas con la visión o cualquier otro mal que ponga bajas las defensas del cuerpo.
Para poder protegernos nosotros, a nuestra familia y a toda la comunidad debemos hacer lo siguiente:
- Lavarnos las manos frecuentemente con jabón y agua, entonado dos veces la primera estrofa de la canción que más nos guste, el hacerlo bien mata los virus que pueda haber en nuestras manos.
- Mantener siempre lo que se llama distancia social con nuestros interlocutores, un metro de distancia aproximadamente, debido a que, si alguien que está infectado, estornuda podrá expulsar el virus y será fácil que usted lo inhale al respirar.
- Evita tocarse los ojos y la boca. Las manos tocan cualquier superficie y por lo tanto se pueden contaminar fácilmente.
- Tratar de practicar higiene respiratoria, esto significa cubrirse la boca y nariz con un pañuelo o el brazo cuando estornuda, de esa forma protegemos a los que están a nuestro alrededor.
- Permanecer en casa si tiene fiebre y tos; si tiene dificultades de respiración busque atención médica y siga las direcciones de la autoridad de salud del área donde vive.
- Ahora bien, si usted amable lector ha estado en las últimas dos semanas en lugares a donde ha llegado el coronavirus debe hacer los siguiente:
- Permanezca en casa si comienza a sentir dolor de cabeza, y liqueo nasal hasta que se recobre, porque evitando contacto con otras personas y buscando auxilio médico, ayudará a luchar más efectivamente a proteger a otros miembros de su comunidad.
- Si tiene fiebre, tos y dificultad al respirar, busque ayuda médica tan rápido como le sea posible porque puede ser producto de una infección respiratoria o algo más serio y peligroso, digamos el coronavirus.
- Avise a su médico si ha realizado un viaje recientemente o ha tenido contacto con alguien que lo ha hecho, esto permitirá tomar las medidas necesarias más fácilmente.
Ahora bien, los padres tienen parte importante en este proceso educativo de emergencia. Aprovechando que, de una u otra forma, hay más tiempo para estar en casa, es necesario ver que sus hijos en edad escolar no desperdicien su tiempo pegados al bendito celular, aparatito que puede ser usado de manera positiva por una sencilla razón, es una computadora en miniatura y, por lo tanto, permite visitar sitios de interés cultural y educativo.
La lectura es un magnífico medio de tener ocupados a los muchachos. Ahora es cuando se debe aprovechar el tiempo libre y las noches de cuarentena para leer, actividad que muy lamentablemente por cierto va quedando en desuso, es imperativo que los padres hagan leer a sus hijos, sobre todo a que, para muchos por primera vez, pasarán largas horas juntos, como en los tiempos de todos los que ya peinamos canas si algo de cabello nos queda.
Antes de finalizar, no hay que desesperarse, tomen las cosas con calma, esto va a terminar. Háganlo por sus hijos y por ustedes mismos.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]